Lo mejor es no pensar. Es curioso que para llegar a esto me haya pasado dos horas de autobús pensando, pero no pensar es lo mejor. Pasé de ser reflexiva. No sé cuantas veces habré dicho ahora punto y aparte, ahora voy a cambiar, ahora todo va a ser distinto. Realmente, darle tantas vueltas a las cosas no me sirvió para nada.
No lo voy a negar, no he dejado el vicio. Todavía le doy algunas vueltas a las cosas, pero no tantas, lo prometo. No me hizo falta decidirlo otra vez, simplemente surgió como un impulso, es verdad que podría culpar a la falta de horas de sueño, a las conversaciones existentes en ese momento o a un mensaje. Sea como sea, en un segundo pasé de 0 a 100. Sí, puede ser un segundo consecuencia de cientos de minutos, de cientos de pensamientos pero ni lo sé ni me importa.
Sólo quiero no pensar más, eso es lo mejor.
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