viernes, 2 de marzo de 2012

Distracción

Una sudadera, rosa, de la universidad de Oxford, unos leggins negros, el pelo recogido en un moño desaliñado. Una habitación de color verde, una cama enorme, sin hacer, unas cuantas prendas esparcidas por el suelo, una pared llena de recortes de revista. Un día soleado, la calma después de la tormenta. Un móvil sonando al ritmo de una canción de Ragdog. Número desconocido, no pierde nada por contestar.

-¿Sí?
-Pensé que no ibas a contestar-Silencio- Venga, no hagas que no sabes quién soy- Ella se rió.
-Ah, eres tú- Separó un momento el teléfono y dio un par de saltitos, se sintió ridícula pero no podía parar.
-Claro, esperabas a otro ¿no?- No, pero tampoco esperaba que fuera él.
-¿Que quieres?
-¿Que quiero?-A ti pensó él. Quería conocerla. Quería verla otra vez-Nada, ya sabes estaba preguntándome si estabas bien y eso-Otro silencio. Ella no fue capaz de contestar. Él se sintió mal- Eh, lo siento. Yo no tenía que haber dicho nada...
-Eres el primero que me lo pregunta- Quiso decirle gracias- Sinceramente, estoy muy bien, ahora.
-¿Ahora? ¿Antes no?
-Sí, ahora. Alguien me hizo darme cuenta de que no puedo seguir dándome de cabezazos contra la pared.
-Pues que inteligente, esa persona. Me lo pasé muy bien ayer. Hay que repetirlo.
-Sí, pero no toda la noche.
-Tienes razón, podemos obviar algunas cosas.
-Mejor- Ella estaba de pie, dando vueltas por su habitación. Esperaba con emoción que le dijese algo más.
-Bueno...
-Bueno...
-¿Que vas a hacer hoy?- Los dos apretaron con fuerza los teléfonos. Ella comenzó a sonreír, menos mal que él no la podía ver.
-Estudiar geografía- No tardó ni un segundo en contestar.
-¿Quieres que te ayude?
-No sabía que se te diese bien la geografía.
-Ni yo.
-Ah, pues entonces me vas a ayudar muy bien. Yo creo que más bien me distraerías.
-¿Te distraería?-Se puso roja- No me lo creo.
-Tienes razón, si no quisieras no me distraerías.
-¿Piensas que quiero distraerte?- La conversación se ponía interesante.
-No lo sé, ¿quieres?
-Quiero que estudies- Horror. La cara de ella fue una máscara de horror- Así que...
-Me voy a estudiar ya.
-Sí, adiós.

Se dejó caer en la cama y soltó el móvil. Resopló y pataleó unos minutos hasta que su móvil comenzó a sonar de nuevo. Un mensaje: "Hoy estudia, mañana te distraigo"

No hay comentarios:

Publicar un comentario