Los chicos no saben de cuentos. No entienden La Cenicienta. Le pintan manzanas envenenadas y le roban el zapato de cristal. Y es entonces cuando me pregunto ¿Es hora de que Cenicienta se pase a las manzanas y deje las perdices fuera de su dieta? ¿Será que los zapatos de cristal no son aptos para esta época y sólo deban salir en los anuncios de la televisión?
Quizás las chicas debamos dejar de querer ser Cenicienta y mirar al príncipe que tenemos al lado. Ese que ni si quiera entiende el valor de un zapato de cristal. Ese al que le dan igual las naranjas que las manzanas. Ese que de azul no tiene ni la tinta del boli. Sí, es un príncipe pero ¿los queremos de tan bajo nivel?
Con estos príncipes las princesas están en peligro de extinción y casi mejor ¿no?
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