-Al fin y al cabo yo buscaba lo mismo que todo el mundo.
-Entonces ¿Cual era el problema?
-El problema era que no lo sabía. Que me creía distinta y en el fondo era tan común como el color de mis ojos.
-Uno no es distinto por lo que persigue si no por la manera en que lo consigue, lo entiende, lo acepta y lo cuida.
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