viernes, 11 de febrero de 2011

Peligrosa

Humo, música a todo volumen, chicas, chicas contoneándoso, chicos y coches. Sobre todo, coches. Llegaron y Muss fue rápido a saludarlas. Ella allí era una extraña. Una extraña en esa noche de velocidad y algo más. Muss le caía bien. Era simpático y nunca la hacía sentirse rara entre él y los demás amigos de Bel. Mientras Muss y Bel hablaban ella recorría con la mirada el lugar. Bel  le tiró del brazo para indicarle que se movían. Y a partir de allí todo pasó muy rápido. Se vio rodeada de un cúmulo de gente. Gente, que rodeaban al chico con él que hablaba Bel. Pensó que sería un nuevo bobo para la lista de su amiga. El tipo parecía distinto a los demás. No era un simplón como los anteriores. Era... Tenía... Era distinto. Pero no reparó demasiado en él hasta que dijo algo y todos se fueron junto a un hombre bajito con una libreta negra.

Ella no tenía que estar allí. No tenía que haber subido a ese coche. Pero el destino es caprichoso y de lo más simple surge lo más complicado. Y con una última mirada empezó la carrera.

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