Joder, ya estamos. El maldito masoquismo se apodera de mí. De nosotrso. Y, joder, esta vez me encanta demasiado para cambiarlo. Eres una extraña droga para mí. Soy ese veneno que te acaba consumiendo una y otra vez. Pero joder, me encatan demasiado esta vez.
Pasa el tiempo y no cambiamos tu eres mi droga y yo tu veneno. Sigo tan mal hablada como siempre. Sigues tan adictivo como siempre, bueno quizás más. No me aguanto las ganas de morderte por que joder soy tu veneno y tu mi droga de diseño francés. Vuelves y vuelvo. Te miro, me miras y no nos lo pensamos más. Estás ahí para mí, sí, sólo para mí. Y es como tiene que ser. Soy masoquista y me muero mientras te voy matando. Drogada de tu amor, envenenandote de mi locura.
Esta vez es distinto, lo sé. Es demasiado, demasiado...
Pero una pequeña parte de mí se recoloca las ideas. Pelea y no gana, simplemente se impone. Cojo mis zapatos y salgo de puntillas de la habitación. Como buena adicta. Me voy cuando se termina lo mejor, cuando ya no nos queda nada. Sólo mi veneno.
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