domingo, 11 de enero de 2015

El tiempo no mide a las personas. Poco importa cuánto tiempo haya pasado desde que conociste a esa persona. Poco importa los meses o los años. Importa que sepas como sonríe cuando le dices algo que no esperaba pero que se moría por escuchar. Importa que sepas cuando decirle una tontería para iniciar una conversación más tonta aún pero que cuenta más que cualquier otra llena de verdades. Importa saber el momento exacto para acercarte cuando está rodeado de un montón de gente pero sólo quiere que le rodees tú. De nada sirve contar las veces a la semana que habláis o quién inicia las conversaciones. Lo que cuenta es cuando con una palabra puede cambiarte el día. Cuentan más los pequeños detalles que los grandes hechos. Vale más una mirada que un millón de palabras. Son más bonitas las discusiones que acaban en besos que las conversaciones serias que siempre llevan consigo un buen montón de lágrimas ¿Pero durante cuánto tiempo nos llega esto? ¿Cuándo empezamos a necesitar más? ¿Cuándo empiezan las inseguridades? ¿Cuándo llega esa extraña locura? ¿Cuándo es hora de pedir más? ¿Cuándo debemos decir adiós cuando ya no llega nada nuevo? 

No hay comentarios:

Publicar un comentario