El
tiempo no mide a las personas. Poco importa cuánto tiempo haya pasado desde que
conociste a esa persona. Poco importa los meses o los años. Importa que sepas
como sonríe cuando le dices algo que no esperaba pero que se moría por
escuchar. Importa que sepas cuando decirle una tontería para iniciar una
conversación más tonta aún pero que cuenta más que cualquier otra llena de
verdades. Importa saber el momento exacto para acercarte cuando está rodeado de
un montón de gente pero sólo quiere que le rodees tú. De nada sirve contar las
veces a la semana que habláis o quién inicia las conversaciones. Lo que cuenta
es cuando con una palabra puede cambiarte el día. Cuentan más los pequeños
detalles que los grandes hechos. Vale más una mirada que un millón de palabras.
Son más bonitas las discusiones que acaban en besos que las conversaciones
serias que siempre llevan consigo un buen montón de lágrimas ¿Pero durante cuánto
tiempo nos llega esto? ¿Cuándo empezamos a necesitar más? ¿Cuándo empiezan las
inseguridades? ¿Cuándo llega esa extraña locura? ¿Cuándo es hora de pedir más?
¿Cuándo debemos decir adiós cuando ya no llega nada nuevo?
No hay comentarios:
Publicar un comentario