lunes, 17 de noviembre de 2014

Un clavo ardiendo


Vale que las cosas siempre se tuercen. Vale que siempre las tuerzo yo. Pero admite que tú también pones de tu parte. Vale que desperté tarde. Vale que a veces a la tercera no va la vencida. Vale que a lo mejor no quiero. Vale que si no quiero es por algo. Vale que ahora esté más centrada. Pero no vale de nada aferrarme a un clavo ardiendo. No me vale quedarme con algo que no me llena lo suficiente. Pero no sé decir adiós, ni quiero. Y continúo con ese clavo. Y me quemo cada vez más pero no aprendo.

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