martes, 13 de agosto de 2013

Clavos, astillas, periodismo, Santiago...

Y es que a vosotros no os lo puedo negar tardo, tardo mucho en conseguirlo pero cuando me propongo algo lo consigo. Eso de olvidar, ese verbo extraño que parece hablar de un mito, sigo sin saber como se hace pero aprendí a superar o a encerrar. Encerrar en el fondo de mi cabeza las cosas, las personas que asocio con malos momentos. Tampoco os voy a mentir en esto, superar, superar no creo que haya superado nada. Si todavía me pregunto si ya lo tengo superado claramente no lo he superado, peor ahora me va bien. Y esta vez es en serio. Voy a dejar de decir eso de que si un clavo no saca otro pues veinte clavos quizás si porque esta claro que de clavos entiendo poco. Yo soy más de astillas que no dejan ni una minúscula huella, ni le hacen un mínimo arañazo a un simple clavo. Pero en todo este tiempo no quise nada parecido y ahora sigo sin saber que quiero. No quiero astillas, no quiero clavos. Quiero ser feliz y olvidar que tengo que olvidar. Porque parece que las cosas vana  ir mejor porque me voy un poquito lejos de aquí y que se prepare Santiago que yo ya estoy lista para periodismo y para ver como es eso de la vida universitaria. 

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