jueves, 11 de abril de 2013

Sueños


Dicen que tardamos siete minutos en dormirnos, y que en los primeros seis minutos y cincuenta y nueve segundos, nuestra cabeza, automáticamente, reproduce todos y cada uno de los momentos vividos a lo largo de ese día; y que en el último segundo, aparece la persona que te ha hecho feliz hoy. Finalmente, el cerebro se queda con lo más importante, con lo que más le ha gustado y lo transmite en forma de película, una película llamada "sueños".
Yo soy de las que se acuerdan de lo que sueñan el noventa por ciento de las veces pero no sé si sueño con lo que me ha hecho feliz. A veces sueño con dinamita, como me gusta decir, y cuando me despierto no entiendo porqué. La dinamita no me hace feliz pero puede que sea mi única forma conocida de algo parecido a la felicidad. Algunas veces pienso que todo es más simple que eso. Que la felicidad está en cualquier parte y que a veces se esconde en los sueños para conocerla o para retenerla allí, en el archivo de “los casi algo pero al final no”. Dicen que los sueños, sueños son. Que es difícil cumplirlos y que cuando los conseguimos ya no sabemos porque lo soñábamos. Yo sueño con dinamita y no porque me haga feliz, no porque busque alcanzarla si no porque solo conozco esa extraña pero cierta forma de felicidad. 

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