Hoy me di cuenta de lo fácil que es echar de menos. Echar de menos sin necesidad de pensar en algo concreto, simplemente echar de menos. Y se me da muy bien. Siempre se me dan bien estas cosas tan tontas. Echar de menos es como saber que te haces daño a ti mismo pero que tienes una excusa para ello. Una excusa muy pobre yo creo. No es que echar de menos sea malo sólo que a veces no es lo correcto. Puedes extrañar pequeños detalles, incluso pensar que los necesitas de nuevo. Pero el problema esta en cuando echamos de menos sin necesidad, por costumbres. Acostumbrarse a echar de menos no es bueno, las costumbres pocas veces lo son. Las costumbres no son necesidades, sólo malos hábitos. Yo no digo que yo eche de menos, no tengo nada que echar de menos. Lo que digo es que soy una chica de costumbres y que estoy decidida a cambiarlas. Sí, digo cambiar que no borrar y es que yo soy una chica de costumbres y no las voy a dejar tan fácilmente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario