jueves, 15 de noviembre de 2012

Sonreír

El problema es echar de menos. Siempre echo de menos algo y ya no digo a alguien. No es extrañarlo es extrañar las cosas que me hacían sonreír o las que debería haberme hecho sonreír pero no fueron. Yo tengo esa manía de extrañar lo que nunca tuve en realidad. Pequeñas cosas, pero cosas imprescindibles después de todo. Imprescindibles para que yo sonría como antes. Pero no te equivoques, no digo que dependa de esas cosas. Aprenderé a sonreír de otra manera. Mejor, quizás. Y aprenderé sola por que si hay algo que no niego es que me hice sonreír mucho, hasta demasiado. Y es que yo antes no sonreía casi nada. Me enseñaste a sonreír sin querer y me enseñaste a sonreír solo por mí, aunque no se si sin querer. Ahora que se como son las cosas y se que echar de menos es peligroso solo voy a echar de menos lo que me conviene y tú, corazón, no me convienes. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario