-Hola-La saluda el chico que pasa junto a ella
¿Hola? ¿La conoce? Sí, eso cree. Le suena mucho su cara. Él le sonríe con seguridad ¿Le saluda o no? Tarde, ya pasó de largo pero a ella eso no le vale. Se gira para volver a verlo, camina hacia atrás cuando él se vuelve y le sonríe. Y menuda sonrisa.
Esa chica le suena ¿la conoce? Sí, es ella. No la veía desde hacía años. Era aquella niña de sonrisa tímida y mirada curiosa. Ya no tiene nada de niña, o sí. Algo a partes iguales. Tiene el pelo más claro. La mira caminar divertida, moviéndose al ritmo de la música. Se mueve dejando claro dónde quedo la niña. Cierra los ojos y cuando los abre por un instante es aquella niña. Tiene aquella mirada. Él le sonríe y la saluda. Ella duda y su mirada curiosa no lo abandona ni cuando ya esta lejos.
Baila, se divierte, lo vuelve a ver. Le clava la mirada inconscientemente, él lo nota. Se la devuelve y ella se sonroja apartando la mirada. Hace como si nada y sigue bailando pero en ni un sólo momento se olvida de él. De vez en cuando lo mira y se encuentra con su mirada y poco a poco va resistiendo y no la aparta tan rápido. Esta mayor, no de viejo. Esta guapo, mucho más que como lo recordaba ¿Que hace va hacia ella? No, ni de broma. Pero le sonríe, la mira y camina hacia allí. Pues ella no va a ser menos toma la misma dirección. Se encuentran a mitad de camino. Dos extraños conocidos. Se mueven al ritmo de la música.
-Sigues siendo una enana-dice el desde su casi metro ochenta y dos.
-¿Sigues siendo un capullo?-Pregunta ella, poniéndose de puntillas para llegar hasta su oído.
-No sé, mejor eso dímelo tú ¿no?-Ella se aleja un poco como fingiendo mirarlo mejor. Hace que duda y se echa a reír. Él la vuelve a atraer hacia sí.
-Aún no te lo puedo decir.
El mundo se para sólo para ellos. Son presas de cientos de miradas, víctimas de algo llamado atracción. Una atracción, algo parecido a la gravedad. Más fuerte incluso. Imposible de esquivar. Ya no importa nada, ni la edad, ni el lugar, ni el público. Nada. Sólo la milésima de segundo que transcurre entre una sonrisa y un beso. Y que beso, piensan los dos.
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