Hola,
Bueno no sé muy bien por donde empezar. Supongo que todavía no me reconoces, pero siempre has sido el que mejor me ha conocido. Incluso ahora. No vale la pena si quiera mencionar mi nombre ¿quién en estos tiempos escribiría una carta? yo, por supuesto. Y lo sabes, y me encanta y me duele.
El simple hecho de que conozcas todas mis sonrisas, mis muecas y mis caprichos me duele, y es que no entiendo que dichosa manía es esa de no recordarme y esa extraña pasión por volver a encontrarme. Nunca he sido valiente y quizás haya llegado el momento de serlo. Así que desaparezco de tu vida para que me olvides del todo y puedas empezar de nuevo, y, aunque me duela más que a ti, te tengo que decir adiós.
Sólo puedo decirte que mi parte egoísta se resiste a que me olvides y está empeñada en no soltarte, pero ambas partes sabemos que no está bien ser egoísta y que te mereces seguir adelante. Gracias por dejarme ser siempre tu primer pensamiento al despertarte y por querer conocer todas mis ideas locas. Gracias por darme motivos para sonreír todos los días.
Lo único que voy a pedirte es que siempre nos encontremos en nuestro olvido, y que seamos de esos recuerdos buenos, que se olvidan pero que siempre se recuerdan.
Adiós
No hay comentarios:
Publicar un comentario