Estaba acostumbrada a tener días malos pero el de hoy había sido demasiado, y sólo eran las cuatro. Desde el muro donde estaba sentada miraba sus apuntes de historia. Intentaba recordar la fecha de la muerte del tío feo del que nunca recordaba su nombre. Así sin previo aviso se le cayó una lágrima, y otra, y otra... Pero no hizo caso y siguio repasando. Empezó a hacer viento y sus apuntes volaron. Dejó el bolso en el muro y los persiguió por la acera, con tan mala suerte de chocar torpemente con uh chico.
-Me parece que esto es tuyo.-Le dio sus apuntes y le sonrió. Y entonces miró sus ojos.
-Gracias.-Ella se giró y guardo sus cosas en el bolso.
-¿Quién es el gilipollas que te ha hecho llorar?-Preguntó él sonriendo. Ella se río.
-La tienes en frente.-Se miraron y no pudieron aguantar la risa.
-¿Y se puede saber por que una chica tan guapa tiene que llorar?-Sin saber muy bien que hacía ella fingió un enfado.
-Ah, ¿Por qué las feas si que tienen que llorar?-Cogió su bolso y se fue caminando por la acera. Él se quedo perplejo. Echo a correr y se puso a su lado.
-No. Bueno, no sé. A mí las demás me dan igual.
-Eso se lo dices a todas.-Dijo ella.-Bueno a las feas no ¿verdad?-Lo miró de reojo y decidió que el día no podía ir peor.-Soy Cata ¿y tú?
-Yo...-Él se quedó desconcertado. No podía ser posible. ¿o sí?-¿No sabes quién soy?
-No.-Se aguanto la risa y fingió desconcierto.-¿Te conozco?
-No, soy Marcos. Claro que me tienes que conocer-Fingió ver un reloj imaginario.-Llevo diez minutos hablando contigo.
-Ah, vaya perdona.-Dijo riendose.-Bueno, ¿piensas seguirme toda la tarde? Por que si es así me busco un sitio interesante a donde ir.
-Pues venga, piensa. Yo no tengo nada más interesante que hacer.
-Vaya, gracias.-Dijo fingiendo indeignación.
-Venga, no te hagas la ofendida. En serio, eres interesante.-Se rieron y acabaron sentados en un parque.
-Eres raro.
-¿Por qué?
-Por que te vas con una desconocida así sin más.
-Ya te lo he dicho. Nos conocemos.-Miró su móvil-Desde hace dos horas y media. Y aún no me has dicho por que llorabas.-Se miraron un largo rato pero el móvil de él rompió el silencio.-Mierda.
-Me parece que alguien que te conoce te busca.
-Sí, la verdad es que llego dos horas y media tarde.
-Pues hasta que volvamos a tropezar, Marcos.-Se levantó y se despidio con la mano mientras se iba. Él la miró un momento alejarse y se giró para irse cuando escucho su voz y en ella un nombre distinto al de Marcos. Se quedó quieto y se giró lentamente. Ella lo miró a los ojos y sonrió.-Se me da bien guardar secretos.-Él siguió sin moverse y Cata decidió ir hacia él. Mientras caminaba empezó a rebuscar en su bolso y sacó un boli. Le cogió la mano y empezó a escribir.-Por si quieres volver a ser Marcos.
Ella se alejó sonriendo. Él no pudo evitar hacer lo mismo y mirarse la mano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario