Sara está triste, sentada en un banco, bajo un cielo gris a punto de llorar. Lo perfecto no existe y no lo entendió. Ahora, por alguna horrible razón, ha empezado a recordar. Recuerda cada una de las discusiones de sus padres, recuerda cada mirada huidiza de Pablo y cuando lo cosiguio echar por completo de su lado, recuerda lo traicionada que se sentía por sus amigas, recuerda la pena tan vacía que sentía. Empieza a recordar cosas al azar y recuerda una en partícular. Entiende que ese no es su lugar pero, ¿quiere volver al suyo?
Demasiados sentimientos se contradicen, es una montaña rusa emocional. Y ya no sabe que hacer. Y ya no quiere sopesar las posibilidades. Y empieza a caminar sin rumbo, sin claridad... Sólo recuerda oscuridad.
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